Ponyo en el Acantilado, inspiración para una niña pez
27 octubre, 2015 / 9979
Como viene siendo habitual en Ghibli, y más concretamente en Hayao Miyazaki, la inspiración para sus películas proviene en buena medida de su entorno más cercano. En el caso que nos ocupa, no es casualidad que la historia de su niña pez transcurra en un “acantilado”, pues Miyazaki viviría durante un corto periodo de tiempo, allá por el año 2005, en la población pesquera que inspira esta película: Tomonoura (鞆の浦), sita en Fukuyama, ciudad ubicada en la prefectura de Hiroshima, Japón.
Años después, esta bucólica localidad también serviría de inspiración para Lobezno Inmortal (James Mangold, 2013), con el ínclito, apuesto, dadivoso, fascinante (podría continuar, aunque creo que ya quedó claro xD)… Hugh Jackman en el papel protagonista.
Al inicio del film, observamos como la pequeña Ponyo es arrastrada con una red junto a montones de basura que se halla en el fondo del mar (bajo del mar, bajo del maaar). Entre tanta inmundicia, vemos parte de una bicicleta, escena que nos recuerda a cuando en El Viaje de Chihiro, Sen realiza la purificación del espíritu del río y aparece… ¡premio! otra bicicleta. Esta escena se basa en un incidente que sucedió a Miyazaki mientras participaba en la limpieza de un río y eliminó entre otras cosas una bicicleta. Un sutil y elegante toque de atención por parte del director nipón ante la desidia y maltrato de la humanidad para con la naturaleza.
Tras el tsunami, los residuos de las profundidades marinas desaparecen y el equilibrio entre la naturaleza y el ser humano, se restablece. La vida fluye de nuevo también en el exterior, pero en esta ocasión, sin rastro alguno de la inmundicia humana. Una sensación de paz y celebración flota en el ambiente, y la pequeña localidad aparece sumergida bajo las aguas mientras sus habitantes navegan jocosos en distintas embarcaciones. La naturaleza ha ocupado su lugar, y peces ancestrales nadan por carreteras submarinas como los vehículos viajaban antes, escena que una vez más nos remite a Laputa. El Castillo en el Cielo y su espectacular ciudad sumergida bajo las aguas en la isla flotante.
Una vez más, volvemos a encontrarnos con la entrada a través de un túnel como alegoría de cambio drástico y paso hacia lo desconocido. Si desempolvamos nuestra memoria, esta escena que nos resulta tan familiar, ya la vivimos 3 años antes, también en El Viaje de Chihiro.
A modo de curiosidad, decir que en la película aparece un guiño (easter egg) a Mi Vecino Totoro que observamos en casa de Sosuke: un Totoro diminuto colgado en la puerta de la nevera.
Y para finalizar, comentar que el personaje de Sosuke, está basado en Goro Miyazaki, hijo de Miyazaki, cuando tenía cinco años.
Bonus track: Ponyo vs. Marco, el aprendiz de Howl en El Castillo Ambulante… ¿parecidos razonables? ¿Qué opináis?
Ya sabéis, si alguien pasó por alto alguna de estas «curiosidades curiosas» que aparecen en Ponyo en el Acantilado, ya está tardando en visualizarla otra vez. Mientras tanto, me voy marchando con «el teclado» a otra parte canturreando una pegadiza cancioncilla que pronto se convertirá en vuestro earworm diario: «Ponyo, Ponyo, es una niña peeez, del mar ella ha venido, verás qué guapa ééés…»